¡Pues qué va a ser!, otra virguería surgida del estudio de Josep Lluscà.

Y es que, en Aulkiak, la silla Tokyo nos encanta. La vemos como una vuelta de tuerca , un ejercicio de trapecista con doble vuelta y tirabuzón. Riesgo en estado puro y con un resultado perfecto.

La silla Tokyo está claramente inspirada en formas orientales, bien sea en los caracteres de su escritura, bien en su arquitectura. El nombre ya es en sí mismo una declaración de intenciones.

Pero esta pieza es mucho más, no podemos encasillarla en una «silla japonesa» o en una silla para restaurantes chinos. Muy al contrario, por la delicadeza de su diseño, en Aulkiak la vemos como la oportunidad de integrar y fusionar culturas y estéticas.

Mantiene unas proporciones extremadamente cómodas, fijaos en la curvatura de su asiento y en lo envolvente del respaldo. Los pequeños brazos, cumplen a la perfección su función de «cortesía» sin llegar a estorbar pero ofreciendo un punto de apoyo tanto para sentarse como para levantarse.

Al estar fabricada íntegramente en una pieza de polipropileno inyectado y reforzada con fibra de vidrio, podemos decir que además de resistente es muy ligera. Cuenta también con protección UV contra los rayos solares lo que le permite situarse tanto en exterior como en interiores.